¿Quien confía en Tía María?
Por: Oscar Alarcón Delgado
En la lucha librada por los pueblos de Islay, de todo el valle de Tambo y la Región Arequipa se ha llegado a una tregua unilateral por parte de la empresa Southern Perú Cooper Corporation a solicitud del Presidente Ollanta Humala en su mensaje a la nación. Es un alto al fuego pero con ocupación militar; sin embargo es una victoria popular agrarista y una derrota para la trasnacional y el gobierno. A sociedad civil le cuesta cuatro muertos y uno a la policía nacional y muchos heridos en ambos bandos.
Muertos y heridos que debieron evitarse si la cultura de diálogo funcionara de modo vinculante y con resultados efectivos donde se tengan en cuenta las observaciones de la UNOPS y un estudio de una entidad imparcial sobre el EIA de acuerdo a los estándares internacionales.
Sin embargo hay sobradas razones para la desconfianza. Pues una mirada a los pueblos donde existe explotación minera campea el atraso, contaminación y subdesarrollo aunque se hablen de millonarias inversiones y relativa generación de empleo. A la postre la población heredará socavones, tajos abiertos y desolación, máxime si el modelo es puramente extractivo exportador. A este modelo, los capitanes de la oligarquía agrupados en CONFIEP y el gobierno de Ollanta Humala le deben lealtad y seguridad jurídica, lamentablemente sin soberanía; en desmedro de la seguridad jurídica de las poblaciones agraristas.
Bravo sur, como si la fuerza telúrica del Misti hubiera sacudido el país agitando la solidaridad con los pueblos en lucha. El paro cívico de la FDTA/CGTP Arequipa y otras organizaciones sociales y políticas ha sido respaldado con movilizaciones similares en Lima y otras regiones. El combustible de la protesta social incendiará la pradera si se insiste en proyecto antipopular. Por lo pronto se incorporan otros contingentes sociales como los maestros, los mineros, los administrativos del sector educación y trabajadores estatales. Los azucareros de Pomalca, Tumán y Pucalá, victimas de capitalistas usureros y cortes judiciales cuestionables, reclaman la administración de sus empresas. Todos estos conflictos caminan a centralizarse el 9 de julio en el Paro Nacional de la CGTP.
Presidente Ollanta Humala el modelo neoliberal está agotado, no decepcione una vez más al pueblo ubicándose como defensor de SPCC. Tía María no va sin licencia social y ambiental. Hágale caso al Padre Gastón Garatea y pida perdón al país.