RECOGEMOS SU HERENCIA, LAS BANDERAS VICTORIOSAS DE ESA LUCHA EJEMPLAR
INTERVENCION DE OSCAR ALARCON DELGADO, INTEGRANTE DEL DEPARTAMENTO NACIONAL DE EDUCACION Y CULTURA DE LA CGTP EN EL ACTO POR EL 91 ANIVERSARIO DE LA CONQUISTA DE LA JORNADA LABORAL DE LAS OCHO HORAS EN EL PERU
Señor expositor Don Cesar Lévano la Rosa,
Señores panelistas: Olmedo Auris, Héctor Béjar, Diana Miloslavich y Roger Rumrill,
Compañeros y compañeras dirigentes y delegados de diversos sindicatos,
Compañeros y compañeras representantes de organizaciones sociales y políticas,
Compañeros periodistas de los medios de comunicación que nos honran con su presencia.
Mañana, 15 de enero 2010, se cumplen 91 años de la conquista de la Jornada Laboral de las Ocho horas en el Perú y en reconocimiento a los mártires y luchadores que hicieron posible esta conquista la CGTP le rinde su más ferviente homenaje. En la memoria de don Manuel Gonzales Prada, Florencio Aliaga, de Manuel y Delfín Lévano, de Luis Felipe Grillo Carlos Barba, Adalberto Fonken, Nicolás Gutarra, Manuela Chaflajo, Irene Salvador, Julio Portocarrero, entre otros, les invito a ponerse de pie para otorgarles el merecido aplauso de las generaciones actuales de sindicalistas en gratitud a tan noble sacrificio.
¡Viva la lucha sindical contra la explotación capitalista!
¡Viva el ejemplo imperecedero de nuestros mártires y luchadores por la Jornada de las 8 Horas en el Perú!
No quepa duda alguna que la lucha por la jornada de las ocho horas en nuestro país no solo fue la continuidad de la lucha de 1886 en Chicago que inmoló a mártires universales, aun con las limitaciones del anarcosindicalismo, fue el ingreso del proletariado del Perú como clase para si, que definió claramente la línea divisoria de la lucha de clases y porque aspiraron a un nuevo orden social. Era lo más avanzado de la época, por eso recogemos su herencia, las banderas victoriosas de esa lucha ejemplar que arrancó al Gobierno José Pardo, representante de la oligarquía, esta importante conquista.
No ha faltado en la historia quienes pretendieron expropiar el protagonismo de la clase obrera en la conquista de esta jornada laboral. Víctor Raúl Haya de la Torre fue el primero. Más noble fue la actitud de José Carlos Mariátegui, que desde el diario “El Tiempo” apoyó sin reservas al movimiento huelguístico y nunca se ha atribuido dirección alguna y fue con Mariátegui años después inspirado en el marxismo-leninismo, mediante la fundación de la CGTP y la constitución del partido de trabajadores bajo la denominación de Socialista y después Comunista, en la que el proletariado eleva su personalidad propia, fija su objetivo de instaurar en nuestro país el socialismo.
Haya de la Torre creó el Partido Aprista, en su desprecio a la clase obrera, por considerarla incapacitada e insuficiente; para ponerse al servicio de la oligarquía y del imperialismo al que consideró factor de desarrollo. El APRA pinceló su predica de redención social para embaucar a los pobres del país al favor del capitalismo como lo hacen hoy sus partidarios con Alan García en el ejercicio del gobierno aprista, siguiendo la aplicación de un modelo económico, político y social neoliberal, corrupto y autoritario iniciado por la más despreciable dictadura de Fujimori y Montesinos, donde los derechos laborales cada día son más precarios y la jornada laboral está al libre disposición de los empresarios, sin tutela del Estado. Todo el poder para las transnacionales todo el peso de la crisis económica y la explotación sobre el hombro de los trabajadores y el pueblo.
Hoy los trabajadores tenemos que laborar más de ocho horas bajo el chantaje de los patrones para alcanzar el sustento familiar. Hay que trabajar el conjunto de la familia para sobrevivir tras el costo de vida que sube cada día. La legislación laboral flexibilizada a favor de la explotación capitalista nos niega el derecho al trabajo digno, al descanso, al acceso a la cultura, al bienestar mientras un puñado de poderosos inversionistas se apropian del país.
En otros espacios, nuevas iniciativas plantean la reducción de la jornada laboral hasta crear, por ejemplo, el cuarto turno de 6 horas para dar mayor participación a los desempleados e impedir los despidos. Carlos Tovar (Carlín) plantea la acción mundial de los trabajadores por una jornada de cuatro horas.
Surge pues el nuevo debate de la jornada laboral en las nuevas condiciones de la globalización capitalista, en las condiciones de la nueva revolución de la ciencia y la tecnología, a la que hay que sumar la revolución social de los trabajadores y pueblos oprimidos.
Urge comprender hoy que a pesar del sacrificio heroico de nuestros mártires la jornada laboral de las ocho horas es solo una conquista parcial, que no se respeta ni se cumple. Urge comprender que la misión histórica de la clase trabajadora es luchar por acabar la explotación capitalista y construir una nueva sociedad sin explotados ni explotadores.
Unámonos pues compañeros, unámonos todos los explotados del Perú y el mundo y rompamos las cadenas que nos atan a la explotación, luchemos sin cesar a cambio de un nuevo mundo que ganar, como señalan las recientes experiencias de los pueblos de América Latina.
Hoy, con la ausencia involuntaria y de fuerza mayor de nuestro Secretario General Mario Huamán, quien solicita las disculpas del caso, iniciamos esa reflexión teniendo como expositor a don Cesar Lévano, descendiente directo de los luchadores Manuel y Delfín Lévano y por el panel de lujo conformado por Olmedo Auris, Vicepresidente de la CGTP; Héctor Béjar, profesor universitario e investigador social; Diana Miloslavich defensora de los derechos de la mujer y Roger Rumrill experto en los temas de los pueblos amazónicos.
¡Muchas gracias por su participación, bienvenidos todos!
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gloria arrascue -