ESPAÑA: SUSTITUIR DESPIDOS POR REDUCCIONES DE JORNADA
Declaraciones de Ignacio Fernández Toxo:
NACIDO en El Ferrol, en 1952, es electricista excedente del astillero Bazán. Está casado y es padre de dos hijos.
CARGOS En 1987 fue secretario general de la Federación del Metal de CCOO.
En diciembre del 2008 fue elegido secretario general de CCOO, en sustitución de José María Fidalgo.
ROSA MARÍA SÁNCHEZ
MADRID
El número de parados supera las 4.123.000 personas (el 17,93% de la población activa) y en el 2010 la situación puede ir a peor. El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, no descarta que la tasa de paro llegue al entorno del 20% a mediados del próximo año y «por eso es tan importante explorar vías para crear empleo y evitar su destrucción». Añade que «si se hacen las cosas que, en mi opinión, se pueden hacer, no tienen por qué confirmarse las peores hipótesis, que llevan la tasa de paro por encima del 20,1% en el 2011». Con este fin, CCOO está trabajando en el desarrollo de una propuesta que tiene como objetivo sustituir despidos por reducciones de jornada, con la ayuda del Estado. El Gobierno ha manifestado a Toxo su interés sobre esta propuesta.
–Produce envidia el modelo alemán, donde, al menos hasta ahora, se han evitado alrededor de un millón de despidos gracias a la reducción de jornada, con complemento salarial a cuenta del Estado.
–En Alemania, una empresa que realiza una inversión importante en la cualificación de un trabajador trata de evitar por todos los medios desprenderse de ese empleado de forma definitiva. Es un enfoque que tiene que ver con una cultura industrial muy asentada en aquel país. Medidas parecidas se están aplicando en Francia y Holanda.
–¿Es posible en España?
–Valdría la pena explorar fórmulas para que en lugar de suspender el contrato o, lo que es peor, extinguirlo, se pudiera generalizar una figura que ya existe en nuestro Estatuto de los Trabajadores, que es el expediente de regulación de empleo (ERE) de reducción de jornada. Esto podría permitir que, si en una empresa la jornada de trabajo es de ocho horas al día, se trabajasen cinco o seis, a cambio de mantener al conjunto de trabajadores vinculado a la compañía y, eventualmente, compensar la diferencia salarial desde el sistema público de protección al desempleo. El dinero que ahora estamos invirtiendo en cobertura al desempleo o en subsidios podría derivarse a financiar esta medida. Es muy importante hacerlo ahora. En España, el gran ajuste del empleo se ha hecho con la no renovación de los temporales. Ahora podríamos minimizar lo que queda de crisis, generalizando una medida de estas características. Es preciso sustituir despidos por reducciones de jornada.
–¿Es sólo una idea o se trata de una iniciativa en marcha?
–Nosotros la hemos puesto en circulación, para el debate público.
–¿Está pactado con la UGT?
–No ahora, ni con este nivel de detalle. Pero creo que no habría problema en ponernos de acuerdo
–¿Han tenido alguna respuesta del Gobierno o de la patronal?
–He tenido ocasión de hablar con el ministro de Trabajo; también con la ministra de Economía. He encontrado receptividad en relación con la idea. También lo he hablado, hace unos días, en Barcelona, con el presidente de Foment de Treball, y creo que le interesó la idea. Pero no ha habido una discusión formal con la CEOE. Se trataría de ver los cauces. Pero creo que sería una buena medida que podría evitar una pérdida importante de empleos, porque, aunque crezca el PIB, la economía española tiene un serio riesgo de seguir destruyendo puestos.
–¿Qué urgencia conceden a su aplicación?
–La discusión convendría iniciarla cuanto antes para que, en el peor de los casos, la medida, esta u otra, porque no es la única posible, pudiera estar en vigor el 1 de enero próximo. Ahora estamos en conversación con las organizaciones empresariales para recomponer la negociación colectiva. Esta podría ser una buena ocasión para consensuar iniciativas fuertes en relación con el empleo y trasladarlas al Gobierno.
–¿Qué cambios legales exigiría una medida de este tipo?
–En nuestro caso, lo están estudiando los servicios jurídicos. En la normativa actual, los ERE solo pueden ser aplicados en empresas con un determinado tamaño y si la plantilla afectada por el ajuste es el 10% o 30 trabajadores. Si queremos que los ERE de reducción de jornada lleguen a más empresas, habría que reajustar estos límites.
–El presidente Zapatero ya ha hablado de retocar esos límites.
–Sí. Estos topes proceden de una reforma con la que no estuvimos de acuerdo. Para nosotros, todo lo que exceda de una persona, es despido colectivo. Esto debería considerarse así, al menos durante los dos próximos años, teniendo en cuenta la excepcionalidad económica y el alto riesgo de destrucción de empleo.
–¿La reducción de jornada, con compensación del salario por parte del Estado, qué efectos puede tener sobre las cuentas económicas? ¿Supondría ahorro o coste?
–Creo que supondría un ahorro de costes importante.
–¿Por qué?
–Si el lugar de destruir empleo y de tener que pagar al completo los derechos acumulados por el trabajador en el sistema público, se mantiene el vínculo con la empresa, la empresa sigue pagando una parte de los salarios y el sistema público compensa la diferencia, el ahorro público puede ser significativo. En todo caso, aunque no fuera así, la rentabilidad es clara desde el punto de vista social y económico.
–¿Creen que una medida de este tipo debería ser temporal?
–Podría ser definitiva. Pero su utilización intensiva debería concentrarse en el 2010 y el 2011.
–¿Cuál es la propuesta de CCOO para reducir la temporalidad de los contratos?
–En el 2006 se incluyeron reformas para limitar el encadenamiento de contratos. Ahora se podrían poner en marcha otras, como exigir a las empresas que el primer contrato sea fijo si la actividad a la que se incorpora es estable; o bien que los acuerdos de negociación colectiva establezcan porcentajes máximos de temporalidad en su plantilla.
–Son medidas que ya existen y que no se aplican.
–No vamos a cambiar una tendencia de tantos años en seis meses, pero se trata de iniciar el camino. Ahora se ha reducido en 10 puntos la tasa de temporalidad por la reducción del empleo. Lo que no puede suceder es lo que ya está empezando a pasar: que se inicie la recuperación económica y vuelva a generalizarse la contratación temporal. También se podría estudiar alguna reforma legal sobre la subcontratación en cadena. Y, sobre todo, tiene que actuar la Inspección de Trabajo para evitar incumplimientos.
–¿La generalización del contrato de 33 días, ayudaría a que la recuperación del empleo se hiciera a base de más contratos fijos?
–No lo creo. Esa figura, que existe desde 1997, no es utilizada de forma masiva por las empresas. Para la mayoría de los trabajadores que se han contratado de forma estable, se ha utilizado el antiguo contrato, asociado a eso que se conoce como los 45 días de indemnización.
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